El Valle de Uco necesita más familias temporarias para niños en situación de vulnerabilidad
En FM Vínculos recibimos a Camila Segovia y Tomás Gelardi, del equipo del Programa Familia Temporaria AVOME Valle de Uco, quienes compartieron detalles, desafíos y logros de esta iniciativa de contención infantil en nuestra región.
El Programa de Familia Temporaria, impulsado por AVOME (Asociación Voluntarios de Mendoza – Niñez y Familia), funciona bajo un convenio con el Gobierno de Mendoza, desde el año 2016.
Su misión es clara: promover que niños y niñas, de 0 a 10 años aproximadamente, que atraviesan medidas de protección excepcional, puedan ser alojados temporalmente en hogares no institucionales, mientras se resuelve su situación legal.
AVOME lleva adelante la selección, formación y acompañamiento de estas familias, con un equipo interdisciplinario conformado por psicólogas, trabajadoras sociales y abogadas, entre otros profesionales.
En el Valle de Uco la tarea asumida es reciente pero urgente: el programa ha abierto una sede en Tunuyán para atender los departamentos de Tupungato, San Carlos y Tunuyán.
Durante la entrevista en FM Vínculos, Camila Segovia inició describiendo con claridad el sentido profundo del programa: “Este no es un proyecto asistencialista, sino de cuidado con afecto: buscamos que el niño viva un ambiente familiar seguro, aunque por un tiempo acotado, hasta que se restablezca su situación legal”.
Tomás Gelardi, psicólogo del equipo en el Valle de Uco, ahondó en los desafíos locales. Señaló que “existe un déficit entre niños que necesitan un hogar y familias postulantes”.
Actualmente, en la zona sólo hay seis familias activas, de las cuales cuatro alojan niños y dos funcionan como emergencia, para casos de bebés o necesidades urgentes.
Uno de los principales obstáculos que mencionaron es el miedo al desapego y la no comprensión de la naturaleza temporal del cuidado: “Muchos dudan porque creen que se trata de adoptar o de un vínculo definitivo. Por eso es tan importante la sensibilización y la educación comunitaria”, señaló Camila.
También destacaron que, pese a su carácter temporal, el paso por una familia temporaria deja “huellas afectivas esenciales” y contribuye a que el niño no pierda la experiencia de crecer en un ámbito familiar.
Problemáticas locales en el Valle de Uco
La geografía y las dinámicas sociales locales influyen:
- La mayor concentración de familias temporarias está en el Gran Mendoza; en el Valle de Uco es mucho más escasa la red de acogimiento.
- La difusión del programa aún es limitada, lo que genera desconocimiento: muchas personas confunden “familia temporaria” con “adopción”.
- La lentitud de los procesos legales puede extender los tiempos de acogimiento y generar incertidumbre para las familias.
- Se requiere que quienes postulan tengan redes de apoyo locales, disponibilidad emocional y flexibilidad para adaptarse a los cambios que surjan.
Además, mencionaron que muchas veces el programa funciona con recursos ajustados, y que es clave que el Estado, organizaciones sociales y la comunidad colaboren para fortalecer esta modalidad de protección.
Impactos y propuestas hacia adelante
Por otro lado, los invitados compartieron algunos casos de éxito (resguardando identidades) en los que una familia temporaria brindó contención en momentos críticos, colaborando al restablecimiento del niño con su familia biológica o facilitando una transición más sana.
Ambos resaltaron que, aunque la estadía es temporal, el vínculo saludable con la familia temporaria puede quedarse como referencia positiva para el niño en su vida futura.
Entre las propuestas realizadas está:
- Intensificar campañas de difusión en medios locales (radio, prensa, redes sociales).
- Realizar talleres y charlas informativas en escuelas, iglesias, centros comunitarios.
- Fortalecer la articulación con municipios y áreas de Desarrollo Social de los departamentos del Valle de Uco.
- Incentivar espacios de formación y acompañamiento para quienes se postulen, asegurando supervisión profesional constante.
La entrevista en FM Vínculos aportó una mirada profunda y sensible sobre el programa de Familia Temporaria en el Valle de Uco. Camila Segovia y Tomás Gelardi dejaron claro que el desafío es crecer en número, visibilidad y apoyo institucional, pero también que el corazón del proyecto está en que ningún niño quede institucionalizado cuando puede dar este paso transitorio hacia un entorno afectivo. Que la red de contención crezca depende, en buena medida, de cada ciudadano comprometido.
