Graduado en Enología del IESVU for export.
Se dice, que cuando se persigue un objetivo con convicción y perseverancia no existen límites ni fronteras. Tal es el caso de Matías Utrero, un Técnico Superior en Enología, graduado en nuestro Instituto, que se desarrolla profesionalmente a 9000 km. de su terruño, en el estado de Coahuila al norte de México.
Este joven orgulloso de su tierra y su formación, es parte del equipo de enólogos de unas de las bodegas más antiguas del continente. Desde allí, comparte a través de las palabras que siguen sus vivencias y expectativas.
1. ¿Cómo surgió la posibilidad de ir a trabajar a México?
Fue el resultado de la sumatoria de varias cosas, soy de los que creen que las fronteras están sólo en los mapas, mi lugar es el mundo y nací con el derecho de conocerlo. Considero que las personas, y los caminos que te llevan hacia ellas, nos brindan un aprendizaje constante y muy valioso.
Por otro lado, sinceramente desconocía la vitivinicultura mexicana, ya que la bebida típica de proyección mundial de México es el tequila, pero una búsqueda de bodegas de California me llevó de casualidad a un directorio de bodegas mexicanas, donde pude contactar a Casa Madero.
2. ¿Cuál es tu trabajo en la bodega?
Mi trabajo principal es la gestión de las vinificaciones de uvas tintas. Cada enólogo del equipo tiene a cargo una variedad o grupo de variedades, entre las cuales me designaron la variedad Malbec, situación que me llena de orgulloso. La responsabilidad en cada una de las variedades abarca todo el proceso productivo, desde determinar el punto de cosecha, control de las fermentaciones, clasificación en cuanto a calidad de los vinos resultantes y las técnicas de crianza para cada uno de ellos.
3. ¿Cómo ha sido la adaptación?
En un principio fue bastante difícil y a su vez gracioso porque, aunque hablamos el mismo idioma, tuve un largo proceso en el que tuve que cambiar obligatoriamente muchas palabras de nuestro uso cotidiano, que aquí desconocen o que resultan ser insultos muy ofensivos.
En la enología usamos ciertas expresiones de alerta, algo así como un idioma bodeguero que se usa para comenzar o detener abruptamente un proceso o máquina que aquí quedó totalmente obsoleto, por suerte no tuve que lamentar errores graves o accidentes a causa de ello.
Por lo demás, la adaptación ha sido totalmente placentera ya que soy muy feliz descubriendo nuevos aromas y sabores de comidas y bebidas. La gastronomía mexicana es considerada patrimonio de la humanidad, así que cambiar mi alimentación y sus respectivos horarios no me ha resultado para nada difícil.
4. ¿Cuáles son las principales diferencias en lo profesional que notás respecto de nuestro país?
Los procesos de vinificación son similares, las principales diferencias son edafoclimáticas, tuve que comprender los ciclos de maduración de algunas uvas que son muy diferentes al hemisferio sur. Pero lo que hace la diferencia principalmente son los gustos y preferencias del consumidor, es un mercado orientado en su mayoría al consumo interno y es nuestro desafío ofrecer productos satisfactorios.
5. ¿Qué importancia ha tenido tu formación en el IES 9-015 –además de lo técnico- en este proceso?
En mi paso por el IES, además de lo técnico, pude conocer mucha gente, relacionarme. La educación pública me brindó la oportunidad de compartir el aula con muchas personas que no viven las mismas realidades, lo que me llevó a formar un criterio profesional que voy labrando día a día, tratando de desempeñarme profesionalmente a partir de la convicción de que el trabajo es un acto que si se realiza con responsabilidad, equidad y justicia puede conducirnos al progreso común, donde todos puedan tener una remuneración justa. Esto puede sonar algo utópico para nuestros días, pero no imposible de lograr.
6. ¿Cuáles son tus expectativas y objetivos próximos?
Mis proyectos están encaminados a seguir formándome, ya que además tengo programado seguir alternando vendimias en los dos hemisferios para ganar experiencia y en un futuro cercano poder independizarme para elaborar mi propio vino.