La pasión por la tierra, precioso legado.

Entrevista a Javier Miranda, estudiante de Agronómica

Los motivos por los cuales las personas deciden su futuro académico son tantos como cada una de esas individualidades y condiciones. Todas son atendibles y absolutamente válidas, porque en definitiva esas decisiones son las que nos van definiendo y configurando nuestro ‘lugar en el mundo’.

A sus jóvenes 25 años, Javier Miranda, estudiante de la Tecnicatura Superior en Agronómica, ha encontrado ese lugar en la finca El Melocotón, una propiedad familiar ubicada en La Consulta y dedicada a la producción agroecológica. La finca, conocida en el departamento por su perfil productivo, forma parte además del circuito de turismo rural de San Carlos.

Si bien la formación superior le ha permitido desarrollarse profesionalmente allí, también le ha brindado otras perspectivas para desempeñarse en múltiples escenarios.

1)      ¿Siempre estuvo en tus planes continuar con la tradición familiar?

Si, tuve la suerte desde muy chico de crecer en un ambiente de trabajo familiar, dedicado a la agricultura basada en los conocimientos trasmitidos de generación en generación. Hoy en día estoy más convencido que nunca de mantener la tradición familiar, debido a los tiempos que estamos viviendo, donde muchas producciones se han perdido a causa de los bajos niveles de rentabilidad. Ante esta situación, los dueños de las fincas optan por vender sus tierras para la construcción de viviendas.

2)      ¿Con qué expectativas llegaste a la carrera y cómo fue cambiando tu mirada durante el cursado?

Todo era muy nuevo para mí, encontré gente de diferentes edades, con distintas situaciones de vida.

Al momento de elegir continuar mis estudios terciarios no dudé en pensar en el Instituto, sus instalaciones estaban cercas de mi casa, y ofrecía la Tecnicatura en Agronomía. Sabía por personas que ya habían cursado la tecnicatura que tenía muy buena salida laboral, algo que nos preocupa a los jóvenes al momento de elegir una carrera. Otra expectativa era obtener los conocimientos técnicos necesarios para ayudar en nuestro emprendimiento familiar.

Con respecto al cursado, a medida que íbamos aprendido conceptos y métodos de producción, las clases resultaban cada vez más atrapantes, enriqueciendo nuestro vocabulario. Lo interesante fue comprender que en la actividad agropecuaria hay alternativas de producción sin generar grandes impactos sobre el ecosistema.

3)      ¿Qué es El Melocotón y qué significa para vos? Contanos un poco sobre producción agroecológica…

Melocotón es un emprendimiento familiar donde no sólo se trata de trabajar la tierra sino también de fortalecer la comunicación con la sociedad a través de la participación en grupos de turismo rural. La finca destinada a producción de frutas y verduras, produce principalmente durazno, es por eso que lleva el nombre de “el melocotón”. Es así como designan a esta fruta en diferentes regiones del planeta.

Personalmente “el melocotón” es más que un establecimiento productivo. Es la conexión con la naturaleza, es el lugar de encuentro de la familia, es el claro ejemplo que se puede salir de los pensamientos convencionales de producción.

La agroecología es una alternativa a los modelos de producción que tradicionalmente se han desarrollado. Modelos extractivos del recurso natural, modelos interesados en aumentar su rentabilidad al precio que sea, haciendo que los cultivos dependan de insumos externos, desde semillas resistentes a plagas hasta cosechadoras automáticas a gran escala.

Por su parte la agroecología es totalmente contraria a este modelo, ya que promueve el uso adecuado y la conservación de los recursos naturales para futuras generaciones. Tan simple como cambiar algunos métodos menos invasivos con la sustitución de elementos externos del sistema finca, por otros generados con recursos propios. Por ejemplo: sustituir abonos químicos por abonos naturales como el compost.

4)      ¿Cómo se combinan la parte productiva y la turística?

La finca forma parte de una red de emprendedores turísticos con el nombre de Caminos de Altamira. Cada emprendedor ofrece actividades diversas a sus visitantes, en éste caso lo que se ofrece a quien visita la finca es la posibilidad de realizar las tareas diarias de una finca de frutales como poder cosechar de la planta sus frutos, que luego pueden llevarse como recuerdo de la estadía o simplemente observar del paisaje natural.

5)      ¿En qué aspectos se ve la mano de Javier en el trabajo diario de la finca?

Realmente todos los días son interesantes en el trabajo de la finca, al momento de tomar decisiones o programar una tarea se enfrentan dos pensamientos totalmente diferentes. Mi padre con su conocimiento adquirido de sus abuelos, de métodos convencionales donde las prácticas son escasas de fundamentos, sus antepasados realizaban esas prácticas porque así lo creían correcto. Y el otro pensamiento, mi propio pensamiento, fundamentado por conocimientos técnicos y basados en experiencias en la materia de la agroecología.

Gracias a mi formación puedo demostrar a mi padre que algunas labores se pueden sustituir o modificar por otros que no produzcan perjuicio al ecosistema, como la utilización de agroquímicos por ejemplo. No es una tarea fácil tratar de motorizar esta transición para que cambien algunas de las labores, como tampoco es fácil cambiarle el pensamiento a los productores de la generación de mi padre, pero un buen método para mostrar los beneficios de esta nueva forma de producir, son con resultados directos hacia sus cultivos y sus bolsillos.

6)      ¿Cuáles son tus proyectos actuales y futuros?

Siempre uno está pensando en proyectos para la finca, como obtener nuevas herramientas, encontrar  mercados alternativos, agregarle valor a la materia prima y muchas cosas más. Principalmente un proyecto actual es continuar con la transición del manejo convencional a un manejo agroecológico de la finca, que conserve el medio ambiente y sea un ejemplo a seguir para nuevos productores. Por otro lado, el proyecto más importante a futuro es conservar la finca en la familia y continuar con el proyecto adaptado a los tiempos que corren.

18 de febrero de 2016. Actualidad
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