Ni una menos

Lic. Prof. Victoria Navicelli

La noticia es conocida: tres femicidios en una semana en la provincia de Mendoza. Esta realidad social no escapa de lo educativo, sino que tiene a las aulas como protagonistas para generar un cambio hacia la razón y el entendimiento.

La última semana de septiembre significó un remezón para Mendoza. Casos de violencia hacia las mujeres despertaron la voz de todos al grito de “Ni una menos”. La jornada del 28 de septiembre invitó a la comunidad en general a participar de las concentraciones organizadas en diferentes puntos de la provincia para pedir justicia y erradicar estos hechos de violencia con finales tan trágicos  y dolorosos.

Verónica Piñol, coordinadora de la Tecnicatura Superior en Administración Pública de la Unidad Académica de Tunuyán, nos comparte su reflexión sobre lo acontecido, “básicamente, a las mujeres nos están matando”, comienza a analizar. La violencia de género tiene que ver con algo cultural, pero más que nada, estructural. “Estamos atravesadas en una sociedad donde la desigualdad, la dominación sobre las mujeres es histórica y en eso hay una base que es de poder. Y es esta desigualdad entre hombres y mujeres la que  hace que aparezca esta violencia”, agrega.

Como institución educativa, es importante replantear nuestra posición. La educación es un escenario importante, “porque toda educación es sexual, parte del sexo”-dice Piñol-. Estas desigualdades parten de las desigualdades de sexo que  nos han hecho creer históricamente -que los hombres tienen que ver con ciertos estereotipos y las mujeres con otros  o mandatos culturales, de los que si nos alejamos, parece que fuéramos anormales por salirnos de ese esquema-. “Por eso, es la educación donde uno puede romper con lo que históricamente ha sido transmitido de generación en generación, por eso digo que la educación es sexual y los cambios vienen con la educación”, enfatiza la Coordinadora.

Una Unidad Académica con movimiento

Desplegar la herramienta correcta para llegar a todos los estudiantes; esa es la manera en la que trabajan coordinadores y docentes. “Participamos activamente de estas convocatorias, siempre tratamos de hablar, de concientizar y de sensibilizar sobre estos temas. Bien lo dice la ley: prevenir, sancionar y erradicar. Y en el prevenir esta la comunidad, todos y todas estamos involucrados ante este flagelo”, agrega Verónica.

Los escenarios educativos, son el espacio correcto para generar relaciones respetuosas y, como plantea la entrevistada, es donde “podemos romper con estos mandatos y estereotipos de género que históricamente han sido traducidos de una manera terrible, que han provocado que hoy tengamos femicidios que son el extremo de un continuo de violencia”.

Esta problemática no puede erradicarse de un momento a otro. Pues, la violencia es parte de lo social y cada tanto se dan pactos de convivencia en los cuales hay que volver a repensar valores, en cómo uno convive con esa violencia, pero, “no queremos esta violencia  que está matando a las mujeres. Por eso hubo que hacer una ley contra la violencia hacia las mujeres. Y estos debates se están abriendo en los espacios educativos”, como ocurre en esta Unidad Académica.

La violencia hay que poder abordarla no solamente desde lo individual sino también desde lo colectivo, desde los contextos donde se encuentran estas mujeres y es aquí donde los espacios de formación cobran valor. El papel de la comunidad es el de contenerlas y generar la posibilidad para que pidan ayuda. Frente a esto, Piñol dice que “las mujeres se salvan por las redes comunitarias, no se salvan solamente por pedir al Estado. Existen otros caminos donde se las acompaña y sostiene. Y desde la comunidad educativa de Tunuyán hemos tratado de asistir ese espacio anterior al camino de la denuncia”. “Estamos formando enfermeros y administradores públicos y si estos no tienen perspectiva de género vamos a volver a caer en la misma desigualdad donde la misma ley nos está pidiendo  que universalicemos en todos los sectores públicos.  No es una problemática que nos aleje, sino que como comunidad nos invita a participar y a ponerlo en debate”, cierra.

El IES comprometido con la causa

Y, como ocurriera en esta sede institucional, el resto de nuestro IES hizo eco de los pedidos de justicia antes tales hechos de violencia hacia las mujeres. En dicha jornada del 28 de septiembre, todas las Unidades Académicas y Sede Central, participaron activamente de las marchas organizadas en cada ciudad con el compromiso de acompañar este pedido  y ayudar a aquellas mujeres víctimas de casos de violencia.

Así mismo, a fines de octubre, todas las instituciones educativas de la provincia realizaron  una Jornada de toma de conciencia sobre esta problemática para detectar y erradicar todo hecho de violencia. El personal docente, no docente y alumnado de nuestra institución participó activamente en la reflexión y, sobre todo, en la educación sincera para renovar los lazos sociales y así hacer frente a tan lamentable situación.

22 de noviembre de 2016. Noticias
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