Perspectiva de género: un eje transformador en la práctica de enfermería
La Lic. Liliana Tuliz junto a la Lic. Lucila Portela dictaron una serie de talleres destinados a docentes de la Práctica Profesional I de la Tecnicatura Superior en Enfermería de todas las Unidades Académicas de nuestro Instituto.
Estos talleres forman parte de una investigación llevada a cabo por las docentes y han construido un camino y sentando un precedente acerca de la importancia de la perspectiva de género en el ámbito académico y profesional.
Los talleres buscaron que docentes pudieran conversar sobre la perspectiva de género y orientar sus materiales destinados a estudiantes, en el marco de las leyes vigentes de educación sexual, identidad de género y prevención de violencia de género.
En una entrevista realizada a la Lic. Liliana Tuliz, respecto a por qué es necesario transversalizar el tema de género en la formación de enfermeras y enfermeros, confirmó
“Si bien las normativas de igualdad tienen un respaldo sólido en nuestro país, no es suficiente para llegar a alcanzar que los derechos se hagan efectivos. Hay un largo camino aún por recorrer y requiere de un compromiso de parte de todas las instituciones”.
Citando a Carmen Argibay -ex ministra de la Corte Suprema de Justicia de nuestro país-, destacó “Hacer efectivos los derechos de las mujeres implica desandar el camino para poder detectar cuáles son las desigualdades estructurales que han llevado a naturalizar la jerarquía entre los sexos”.
Como antecedente de este proyecto, la primera investigación que realizaron las docentes en el IESVU, trató sobre estereotipos de género. Dicha investigación fue realizada en nuestra comunidad y dio como resultados tanto un alto sostenimiento de estereotipos de género, como una baja apertura en cuanto al colectivo de la diversidad. Además de un alto porcentaje de mujeres que habían atravesado situaciones de violencia.
Teniendo en cuenta estos datos, se planteó que la ausencia de la perspectiva de género en la formación técnica del nivel superior tiene consecuencias en 2 dimensiones. En primer lugar, en el ámbito educativo y, en segundo lugar, en el futuro ejercicio profesional.
En cuanto al ámbito educativo, tanto en el currículum formal como en el oculto subyacen valores sexistas naturalizados, que resultan invisibles, por lo que se reproducen estereotipos de género en los contenidos, lenguaje, prácticas, bibliografía, etc.
Ante esto, la Lic. Tuliz refirió “La práctica docente reflexiva es necesaria para poder ver estos sesgos. Si no los vemos, formamos profesionales que ejercen sus profesión reproduciendo estas desigualdades en las que se sustenta la violencia de género”.
Respecto a por qué se dictan estos talleres especialmente en la carrera de enfermería añadió “Estas consecuencias están presentes en todas las carreras técnicas, pero consideramos que tienen un especial impacto en la carrera de enfermería profesional en tanto la falta de perspectiva género puede ser un obstáculo al acceso en la salud por parte de la población. La mirada androcéntrica en salud es responsable del ocultamiento de la morbilidad diferencial y también se invisibiliza la violencia de género con un riesgo altísimo para la vida de las mujeres.”
Refiriéndose a la importancia de estos espacios, la Lic. Tuliz cerró: “Construir espacios más igualitarios significa avanzar con la transversalización de la perspectiva de género como herramienta y proceso de transformación política de las estructuras sociales sobre las que se construyen y mantienen las desigualdades de género. En este sentido, transversalizar la perspectiva de género en el nivel superior puede hacer la diferencia entre un ejercicio profesional que reconoce y promueve la equidad y uno que reproduce y perpetúa las desigualdades entre hombres y mujeres”.
La búsqueda de la igualdad de género es un elemento central de una visión de sostenibilidad en la cual cada miembro de la sociedad respeta a los demás y desempeña un papel que le permite aprovechar su potencial al máximo. La igualdad de género es una amplia meta social a la que la educación y las demás instituciones deben contribuir.
En este sentido, la vinculación de la educación superior con la igualdad de género permite un enfoque que busca generar una nueva perspectiva en las personas que se están formando y que serán profesionales, con el afán de generar una sociedad con igualdad de derechos.
El equipo docente es clave para colaborar en la construcción de perspectiva de género desde sus prácticas de enseñanza, así como los/las estudiantes son la clave para contribuir en su futuro laboral a la creación de una sociedad más justa en materia de igualdad de género.
Por Fiama Soriano- AXIOMA Contenidos