HISTORIAS DE GUERRA, EN PRIMERA PERSONA

El 2 de abril se cumplieron 37 años del desembarco de las tropas argentinas en las Islas Malvinas, con el objetivo de recuperar la soberanía del archipiélago, que en 1833 fue usurpado por la corona británica. A los pocos días del desembarco, el Gobierno de Margaret Thatcher reaccionó y envío tropas, armamento y recursos que superaron por mucho a los de nuestro país. El saldo fue una guerra perdida en poco menos de 2 meses, con 649 soldados caídos y más de 500 suicidios posteriores a causa de los traumas y huellas que dejó.
La decisión de la guerra fue tomada por la dictadura militar gobernante, presidida por Leopoldo Fortunato Galtieri. Hemos de recordar que durante los gobiernos de facto en el país, no funcionaba el Congreso Nacional, institución que hubiese representado todas las fuerzas políticas del país. Por lo que podemos decir con claridad que la decisión de ir a una guerra con una de las potencias armamentísticas mundiales, fue tomada sin ningún tipo de legitimación popular y mucho menos, de consensos políticos. Y desde el punto de vista de quien escribe, una decisión torpe, soberbia y por sobre todo muy irresponsable.
A modo de recordatorio y reconocimiento entrevistamos al Lic. en Enfermería Carlos Dante Mendoza, docente de la Unidad Académica Luján de Cuyo, en las materias Salud Pública y Enfermería Comunitaria y veterano de guerra. Con 21 años fue integrante del Escuadrón N° 4 de Rescate y Supervivencia de la Fuerza Área. Durante el conflicto operaron en territorio continental desde Bahías San Julián y Río Gallegos, rescatando pilotos en el mar austral.
Compartimos sus vivencias y puntos de vista sobre la Guerra de Malvinas.
¿Cómo pensabas en aquel momento el hecho de una Guerra en defensa de la soberanía nacional y cómo lo pensás ahora, con la perspectiva del tiempo que pasó y los resultados que no fueron los esperados?
En aquel momento el tema de la soberanía era algo que estaba bastante presente, ya en 1978 frente la hipótesis de conflicto con Chile, mientras ya hacía la secundaria, era algo de lo que se hablaba mucho. Ahora creo que el concepto de soberanía ha cambiado radicalmente, ha dejado de ser una prioridad. Si hoy tuviese que hacerlo las motivaciones serían diferentes, me volvería a subir al helicóptero y daría la vida, no se olvidan las emociónes de aquellos días.
Siendo tan joven en aquella época… ¿Recordás haber tenido plena conciencia de lo que significaría estar en una guerra?
La conciencia que teníamos sobre el tema, era por el entrenamiento durante la instrucción militar Yo era Suboficial de la Fuerza Área e hice un curso de Rescate en Helicóptero en la zona del cerro Aconcagua. Pero todo cambia cuando la cosa va en serio, cuando eso deja de ser un entrenamiento y empezás a ver los cadáveres. De la teoría a la práctica hay mucha distancia. Nosotros teníamos que derivar los caídos que llegaban desde las islas a las distintas bases. Cuando uno es joven tiende a idealizar un poco, y también está envuelto en un espíritu “aventurero”, pero la guerra es brava. Sun-Tzu dice en su obra “El arte de la guerra”: “Si van a hacer la guerra, primero conozcan las consecuencias”.
¿Qué aprendizajes te dejó la guerra?
Que tenemos que intentar evitarla por todos los medios, las consecuencias son siempre más graves de lo que se cree. La humanidad ha ido avanzando en este sentido, no creo que se repitan conflictos como las guerras mundiales del siglo XX. Tenemos que agotar todas las instancias de diálogo, siempre dialogar. En este sentido, Jhon Fitzgerald Kennedy, cuando fue el hecho conocido como El Conflicto de los Misiles en 1962, nos dejó un gran ejemplo evitando la guerra con acciones diplomáticas, incluso teniendo sus propias FFAA presionándolo
Tu decisión de haber estudiado Enfermería… ¿Tiene alguna relación con aquella experiencia?
Sin dudas. Lo que me tocó hacer en el marco de la guerra, fue intentar salvar y sostener vidas. De alguna manera, mi decisión de estudiar Enfermería le dio continuidad a esta noble tarea y profesión.
Nosotros hacíamos rescates en mar. La tarea consistía en tirarse al océano desde los helicópteros para rescatar a los pilotos, Nos exponíamos a vientos muy fuertes, a veces de hasta 150km/h y a temperaturas de muchos grados bajo cero. En una ocasión sufrí una hipotermia y tuve que ser hospitalizado. Me atendieron allí enfermeras del ejército y la fuerza aérea, chicas muy jóvenes también. Ese fue el único lazo que tuve con la dignidad humana durante la guerra, lo demás era violencia y preparase siempre para lo peor.
¿Crees que algunas de las cosas que aprendiste, las transmitís en tu clases?
En mis clases hago mucho hincapié en la responsabilidad que tenemos como enfermeros y enfermeras, eso lo aprendí de aquellas enfermeras del hospital itinerante. Siempre refuerzo esto con los estudiantes.
A modo de reflexión personal. Algunas palabras que puedan echar un poco de luz sobre el debate a 37 años de la guerra.
Creo que después de 37 años, la sociedad argentina aún no entiende lo que pasó. Primero era un partido de fútbol, Argentina 1- Inglaterra 0 y luego fue Argentina 0- Inglaterra 8. Todavía se habla de la guerra absurda. Creo que no fue absurdo en su momento, 1983 se cumplían 150 de años de la usurpación de las Islas por parte de los ingleses y se cumplía un plazo para poder hacer reclamos, en base a un tratado hecho entre España e Inglaterra. Era necesario tomarlas o hacer un ingreso a las islas, el error fue intentar hacerlo a través de una guerra. Llevar a la guerra a los soldados rasos, conscriptos y “colimbas” también fue un error. Aquellos que éramos personal militar estábamos convencidos, sabíamos lo que hacíamos y sabíamos de qué se trataba más allá de nuestra juventud. Era nuestro deber hacerlo, para ello estábamos preparados y nos dieron instrucción, educación y elementos de trabajo para rescatar pilotos. No me parece que sea justo que la sociedad nos mire con lástima… orgullo, quizás pero es difícil sentir orgullo por algo que no conoce bien.
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4 de abril de 2019. Noticias
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