Campo de batalla

Por Lucila Ferreira. Estudiante de segundo año de la Tecnicatura Superior en Comunicación Social.

Uno nunca está preparado para tener una primera práctica profesional presencial, y mucho menos que eso suceda dos años después de haber comenzado la carrera.  Aunque conté con práctica de forma presencial fue dentro de la familia del IES y cuando llegó el momento de realizarlo en otro medio, fue virtual. El pasado 23 de septiembre llegaría el momento, los nervios estaban en su máximo esplendor, y el escenario sería la 20° Maratón Nacional de Lectura.

Este era un nuevo desafío, ya no se trataba de realizar un programa de radio, una entrevista o escribir una noticia, sino que englobaba todo. Consistía en hacer una cobertura en vivo del evento, y la ansiedad comenzó desde el momento que el profesor Mariano nos dividió en dos grupos: uno iría a la radio y, el otro, a la maratón.

Ese día estaría acompañada de tres compañeros, aunque contaban con un poco más de experiencia, la situación la veía difícil. Mientras viaja hasta el colegio donde se realizaría el evento, cientos de situaciones se me cruzaban por la cabeza, si las preguntas que habíamos preparado estarían acordes, si los directivos nos darían entrevistas, si se enviarían los audios para que mis compañeros -que estaban haciendo el programa de radio- tuvieran contenido.  Esas eran solo algunas de mis inquietudes.

Al llegar a la institución me encontré con Antonella y Federico, nos recibieron las profesoras a cargo de las actividades. Veía como llegaban los estudiantes al salón y mi trabajo ya había comenzado, y las dificultades también. Fue cuando los chicos desde la radio pedían audios y el pánico comenzaba a subir, al comenzar a grabar la charla el audio no se escuchaba con claridad, el parlante estaba en el otro extremo y la presión crecía. Federico salvo la primera dificultad, y todo se volvía una calma. Con la charla

finalizada sería el momento de realizar entrevistas. La directora del colegio se hizo presente, se encontraba enferma de la voz, pero, de igual modo, se ofreció a realizar la Entrevista. Nos ubicamos en su oficina para poder escucharla mejor y que no forzara tantos su voz. Los nervios estaban en una fiesta, las preguntas que tenía preparada ya no las recordaba, pero cuando comencé a grabar los nervios fueron desapareciendo y la entrevista fluiría sola y terminaría en una charla súper agradable.

Al salir de su oficina y entrar de nuevo en el salón, todo sería más fácil. Las demás entrevistas las realizaríamos en conjunto con mis compañeros y los nervios ya no existirían, todo se llevaba a cabo con normalidad y estaba en el mejor momento.

Nuestro trabajo en el lugar llegaría a su fin, con entrevistas, información y fotografías recolectadas del evento. La tarea como grupo, tanto los chicos en la radio como la nuestra en la escuela; tendría buenos resultados. Recibimos un agradable saludo por parte de la organización por estar presentes, pero el agradecimiento serio para ellos.

Pasaría mi primera práctica profesional presencial completa y, sin dudas, la experiencia que tendría seria incomparable, desde el trabajo en equipo a poner actuar espontáneamente con un reloj reducido donde no dejaba margen de error. Esta práctica me dejaría con una visión clara sobre mi futuro profesional, sobre el camino que llevo recorrido y sobre el camino que todavía me falta por recorrer.

15 de octubre de 2022. Actualidad, Boletin, Noticias
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