Día Mundial de la Madre Tierra
Por Ing. Agrónomo José A. Portela
En 2009, la Asamblea General de las Naciones Unidas resolvió designar el 22 de abril como Día Internacional de la Madre Tierra e invitar a los Estados miembros a participar de la celebración anual, para crear conciencia respecto al cuidado del ambiente.
¿Por qué? El antecedente para ello fue la convocatoria de un senador y activista ambiental norteamericano, para que el 22 de abril de 1970 se celebrase por primera vez en los Estados Unidos de América el Día de la Tierra. Sin embargo, más allá del precedente de la fecha, lo importante es que en el ámbito de Naciones Unidas se hayan reconocido los problemas que generan los impactos humanos sobre el ambiente y los desastres naturales provocados por la mala utilización de los recursos; principalmente hoy, su efecto promotor del cambio climático.
Se trata entonces de un día para recapacitar acerca del cuidado del ambiente natural, de nuestros recursos y de la degradación acelerada en las condiciones del clima. Para reflexionar acerca de la importancia de establecer una relación más armónica en y con nuestro Hogar, “para alcanzar un justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales” de la Humanidad, de cara a su propio futuro.
Para los argentinos en particular, esta fecha debería ser una oportunidad especial para pensar en cómo superar los problemas de fondo, primigenios, que caracterizan nuestra forma de relación con los recursos naturales que disponemos: nos falta visión sistémica y de largo plazo; nos falta adecuada planificación del uso de los recursos, que considere los múltiples impactos ambientales y sociales que pueden ocasionarse; nos falta un rol más activo desde el Estado, con políticas acordes que velen por el bien común antes que por el interés privado; y nos falta también, en muchos casos, generar los conocimientos necesarios para lograr todo esto.
Desde la Tecnicatura Superior Agronómica con Orientación en Agroecología del IES Valle de Uco intentamos aportar nuestro “granito de Tierra” para solucionar estos problemas, e insistimos en la necesidad de formar técnicos agrónomos capaces de crear y promover sistemas agrícolas saludables, que son aquellos que se sustentan fundamentalmente en los mismos procesos naturales sobre los que se apoya la vida en el planeta. Entendemos que, para aprender a cuidar nuestro Hogar, necesitamos comprender cuáles son los principios fundamentales de su subsistencia: 1°) que en la naturaleza no existen los desperdicios, porque los deshechos de unos son el alimento de otros; 2°) que la materia (agua y nutrientes) se cicla continuamente a través de la red de relaciones que se establece entre todos los seres vivos; 3°) que la energía que conduce los ciclos ecológicos fluye esencialmente desde el sol; 4°) que la biodiversidad asegura la resiliencia, la capacidad de resistir estrés; 5°) que la vida en la Tierra, desde sus inicios hace miles de millones de años, no se estableció por combate sino por cooperación entre organismos.
En aquella Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la que se estableció el 22 de abril como Día Internacional de la Madre Tierra, se destaca que “Madre Tierra es una expresión común utilizada para referirse al planeta Tierra en diversos países y regiones, lo que demuestra la interdependencia existente entre los seres humanos, las demás especies vivas y el planeta que todos habitamos”. Creo importante que reflexionemos sobre el inmenso valor de estas palabras: nuestra realidad personal está íntimamente ligada a la de nuestro origen común, a la de la casa que compartimos y al mañana que nos espera.
¡Estamos juntos en esto! Tomemos conciencia.