Estudiante por casualidad, comunicadora por elección

Por Anahí Araya. Estudiante segundo año. Tecnicatura Superior en Comunicación Social.

Si hace dos años alguien me hubiera dicho que iba a estudiar comunicación, tal vez me hubiera reído en su cara. Pero, hoy puedo decir que las cosas son diferentes a esa época.

Comencé a estudiar la tecnicatura en comunicación social, en el año 2020, por aquellos días de antaño, en plena pandemia mundial. A decir verdad, no era la carrera que tenía pensado estudiar; pero era muy semejante, por lo que decidí probar, total, solo podía ganar más conocimiento.

Honestamente, las cosas empezaron bien, las materias se veían interesantes y varios profesores prometían mucho. Ya para mediados de año, las cosas fueron cambiando un poco, y es que, no me sentía muy motivada a seguir con la carrera, pues sentía que desde la virtualidad, no aprendía como me hubiera

gustado; temiendo por el futuro de mi inminente profesión.

Siendo sincera, y, cayendo en el mismo estereotipo o etiqueta que las personas le colocan a los comunicadores, a lo largo del primer año, creí erróneamente que, ser comunicadora era ser periodista. Idea que me desilusionó bastante, dado que a mí me interesa mucho más la producción audiovisual o la escritura creativa.

Ya cerca de fin de año, algunos profes (a los que estaré agradecida eternamente) hicieron que me diera cuenta –y creo que a mis compañeros también les pasó- que ser comunicador/a es mucho más que hacer periodismo. No acaba allí, no se reduce a eso.

Ser comunicador/a es un rol muy importante en la vida cotidiana de cada uno, es un papel esencial en la sociedad, porque somos agentes para que las personas puedan aprovechar su capacidad de pensar y tener criterio propio.

Los comunicadores poseemos diversas capacidades para crear, construir y gestionar no solo proyectos, sino también relaciones con otros.

Hoy, cursando mi segundo año de la Tecnicatura Superior en Comunicación Social, puedo decir que, esa estudiante que casi deja todo por tener una idea errónea de la carrera o por simplemente no ver que la comunicación tiene amplios caminos que recorrer y en los cuales formarse; elige ser comunicadora social. Con toda la pasión y compromiso que la profesión se merece.