HISTORIAS EGRESADAS: “Estudiar cambió todos los aspectos de mi vida”

Claudia Novara egresó como Enfermera Profesional en los primeros meses del 2018 en la Unidad Académica Guaymallén. Además, actualmente se desempeña en el Gabinete de Prácticas y como ATP en nuestra sede del Gran Mendoza. Compartimos su experiencia de formación y de inserción laboral y desde allí proponemos pensar y sostener a la Educación Superior como una herramienta insoslayable en la construcción de una sociedad con más oportunidades, más humana y cercana a la emocionalidad, tendiente a la comprensión y el trabajo sobre las personas de manera holística.
Claudia narra que sus intereses han estado rondando desde siempre en el ámbito de los cuidados y la atención de las demás personas: “Si uno se pone a pensar, desde muy chica, desde pequeña una va formándose en algo, no sé si será vocación pero siempre me gustó el cuidado, siempre me importó el otro, siempre intenté ayudar en lo que pude cuando era pequeña, en lo que pude cuando era adolescente.”
Recién en su vida adulta, pudo hacerse el tiempo y el espacio para formarse en este sentido. La profesionalización de este impulso que ha acompañado su trayectoria vital, ha profundizado el alcance de estas tareas y las ha enmarcado como prácticas conscientes y legitimadas: “Siempre prioricé el cuidado de mi familia, el cuidado de mis hijos y después me prioricé a mí misma, en formarme yo y hacer lo que me gusta y ahora puedo actuar de la misma manera pero con fundamentos, con estudios, basarme en lo que sé. Porque colocar inyectables, tomar presión arterial lo hice siempre, como de mandada, ahora lo hago con conocimiento y me importa el otro.”
Las marcas de esta comprensión profunda y sensible del mundo pueden reconstruirse en el relato de Claudia de la dimensión social e integral de la Enfermería: “Siempre y en todo momento me gustó la colaboración, se le puede decir empatía ahora. Me importa el otro, lo que siente. Yo siempre digo que la enfermería está basada no sólo en cuidados invasivos, obviamente que gran parte se debe a eso, pero hay otra parte también que es lo emocional, la familia, lo holístico del paciente. Entonces me gusta mucho esa parte. Siempre estoy con ese sentido en la Enfermería: saber que es una persona, saber que siente, que tiene un mundo, que tiene un pasado, que tiene un presente.”
Claudia destaca la importancia de hacerse un espacio propio en el que poder dedicarle tiempo al estudio y reconoce a la perseverancia como guía última al momento de enfrentar un trayecto académico, en este sentido rescata también al apoyo de los y las demás estudiantes como algo de vital necesidad: “Si alguna vez intenté bajar los brazos siempre hubo una compañera que me habló, me explicó, no hay mejor apoyo que el del mismo compañero que está cursando con vos… son los que te suelen entender. Es muy importante un llamado, un whatsapp, un mensajito de texto, para saber que no estamos solos en el cursado.”
Actualmente, Claudia se encuentra cursando la Licenciatura en Enfermería y en relación a su metodología de estudio nos cuenta: “Tengo una manera muy particular de estudiar, encuentro espacios donde sea que los tenga, en una playa de estacionamiento, esos lugarcitos de espera, los aprovecho… siempre estudio en el micro o caminando, o estudio escuchando un audio, siempre de acuerdo a mis tiempos.”
Cuando profundizamos sobre los cambios que ella percibe en su vida a partir de su trayectoria de formación profesional, Claudia abre un amplio abanico de senderos que fueron posibles gracias a esta oportunidad: “Estoy trabajando, me llaman para trabajar, estoy estudiando, me estoy capacitando. Estudiar cambió todos los aspectos de mi vida: tener otro vocabulario para hablar para expresarme, fundamentar las cosas que hago a partir de una teoría que vi, que estudié. Cambió mucho mi vida, de ser una persona dependiente de un matrimonio de una casa, a ser independiente económicamente.”
Su visión integral y su interés particular proponen agudizar la mirada a lo menos obvio de la práctica de cuidados profesionales: “Por ahí ver esa parte que nos cuesta que es el dolor, el sufrimiento, la angustia, el llanto, que es un apretón de manos, un abrazo, calmar un dolor. A mí, poder asistir a todos esos momentos de alguien me llena el alma, el espíritu. El haber estudiado y ahora recibir eso a cambio no hay como pagarlo, recibir el gracias, una sonrisa de un bebé, para mí, no hay mayor satisfacción que ayudar en calmar a alguien, escuchar a alguien, comunicarme con alguien, transmitir todo lo que sea. Volcarlo a mis pacientes y ver al paciente de una forma holística, con su pasado, con su historia.”
Reivindicamos a partir de cada experiencia de quien estudia, de quien se forma, de quien se abre a un horizonte nuevo de posibilidades y obstáculos, la importancia y potencialidad de la Educación Superior Técnica como espacio en el que desarrollarse, instalarse, aportar y construir no sólo en sentido profesional sino humano, sensible, capaz de generar otro mundo.
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2 de octubre de 2019. Boletin, Noticias
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