La actitud marca la diferencia
Por Federico Aloi. Estudiante de segundo año de la Tecnicatura Superior en Comunicación Social.
Mi nombre Federico Aloi, soy de Tunuyán y tengo 20 años. Soy estudiante de la Tecnicatura Comunicación Social en el Instituto de Educación Superior de La Consulta. En este trabajo los invito a conocer mi experiencia cubriendo periodísticamente un hecho noticioso.
Tras un primer año de carrera en la que no pudimos tener prácticas de forma presencial, en segundo año se nos dio la posibilidad de cubrir un evento en vivo para la radio del instituto. Pues, nosotros, como curso, estamos trabajando en la creación de un medio de comunicación que nos permita comunicar como nosotros creamos adecuado.
Personalmente, esa fue la primera vez que cubriría un evento. Si bien, llevaba meses trabajando en un medio de comunicación, nunca había realizado una cobertura, y menos en vivo. Por lo que, la primera sensación o idea fue la de abandonar el plan y ser parte del staff que estaría en la radio, para directamente transmitir y conducir.
Pero, tras pensarlo me dije: “¡Ya fue! Alguna vez voy a tener que hacerlo”. Así que, me ofrecí para viajar hasta la Villa Cabecera, para poder dialogar con profesores, oradores, directivos y, hasta con alumnos. El eje de la actividad giraba en torno a sus percepciones sobre la actividad y el ser sancarlinos.
Aunque no fue tan fácil como lo relato, ya viviendo ese viernes 23 de septiembre, estaba nervioso. Sencillamente, porque, “¿cómo hablo o inicio una conversación con alguien que no he visto nunca?”. Esta pregunta formó parte de mí toda la mañana, hasta que comenzaron a llegar mensajes de la radio diciéndonos: “Necesitamos contenido, ¡apuren!”. En ese momento, los tres “periodistas” estábamos anonadados y ninguno arrancaba, hasta que uno sí.
Cuando vi que nadie se movía y la charla del orador no acababa, me levanté con toda la vergüenza y nervios del mundo para comenzar a “remarla en dulce de leche”. La iniciativa tuvo como fin que el equipo de la radio pudiera seguir el programa. Comencé a hablar y supe que sabía lo que hacía. Tras ese momento de desesperación pude sacarme la mochila y comenzar a trabajar en la tarea que tenía.
Comenzó como una tarea de mala gana, que terminé realizando con gusto y contento de haberla hecho, pues no todos los días se nos permite cubrir un hecho noticioso y, mucho menos, siendo estudiantes. Porque eso creo que soy, posiblemente apresurado, un estudiante con aires de periodista.